En Victoria departamento de Honduras en el pasado, una de las celebraciones más esperadas por los niños eran los cumpleaños por las originales piñatas de tinajas o ollas de barro teniendo no confites sino que las llenaban de: Pedazos de caña de azucar, naranjas, guayabas, caramelos, limas, bananos y quienes eran elegidos para reventarla se les ponía un pañuelo para cubrir los ojos, luego de una serie de vueltas se le daba el palo para procediera a intentar reventar la piñata.
Luego de que la piñata era quebrada y los niños lograban en el tumulto recoger algún producto, seguía la entrega de un vaso de fresco natural de la temporada y el respectivo pedazo de pastel artesanal.
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