jueves, 26 de agosto de 2021

EQUIPO EN CHAMPIONS SIN PAÍS.

El diario Clarín de Argentina publicó información sobre club que participa en la Champions sin representar a país alguno 

"Una historia de película

FC Sheriff: el club del país que no existe se metió en la Champions League y jugará con los grandes de Europa

Representa a un territorio separatista dentro de Moldavia y en sus filas tiene un crisol de nacionalidades, incluido un peruano que pasó por el fútbol argentino. 

"Esto es increíble, estamos felices, cumplimos un sueño...", dice (grita) el peruano Gustavo Dulanto, corazón y emblema del FC Sheriff, un equipo prácticamente desconocido que esta semana hizo historia. La ida en Tiraspol había sido 3-0 ante el Dínamo Zagreb, y este miércoles la vuelta en Croacia fue un trámite que terminó en empate 0-0 y clasificación. De ahí la emoción: pasaron 4 rondas de eliminación directa y clasificaron a la Champions League.

Pero su logro no fue que esta joven y pequeña institución fundada en 1997 por dos exagentes del servicio secreto soviético llegue al máximo torneo de clubes europeo, donde enfrentará a gigantes de la talla del PSG, Manchester City, Bayern Munich o el Real Madrid. Lo que hizo este humilde grupo de futbolistas podría ser el guion de una película: pusieron en el mapa a un país que no existe, Transnistria.

Para la UEFA y para el resto del mundo, Las Avispas (apodo que reciben por su color amarillo y negro) juegan en Moldavia. Sin embargo, puertas adentro, la ciudad de Tiraspol es considerada la capital de Transnistria, un territorio autoproclamado como república independiente, con control de sus fronteras, gobierno, elecciones, bandera, moneda y ejército propio. Y que no aparece en ningún mapa porque le falta el reconocimiento de la comunidad internacional.

Sobre sus 4.100 kilómetros cuadrados (el tamaño equivalente a 20 ciudades de Buenos Aires) viven medio millón de personas, y el origen de su compleja situación se remonta a los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. En 1940, un acuerdo entre Rusia y Alemania creó la República Socialista Soviética Moldava, un desprendimiento de la Gran Rumania. Pero pasó la guerra y con el correr de los años Moldavia se fue dividiendo entre su occidente, más vinculado culturalmente a los rumanos y con raíces latinas; y el oriente, los soviéticos, de origen eslavo, que se fueron desplazando hacia la frontera con Ucrania. Su nombre cuenta su origen: Transnistria significa detrás del río Dniéster.

Entre 1990 y 1992, luego de la caída de la URSS y el ideal comunista, esta zona de Moldavia se sumó al clima de tensión que invadió Europa del Este. Esa sensación se materializó de la manera más sangrienta, con una guerra civil que duró dos meses entre los separatistas y los moldavos, en la que murieron un millar de personas. El "alto el fuego" se dio recién cuando Moldavia aceptó la creación de Transnistria, no así su independencia.

Moldavia transnistria champions

Partiendo de la característica hoz con el martillo de su bandera roja y verde, o el uso del alfabeto cirílico, los simbolismos de este país con el pasado soviético son constantes. Frente al parlamento, una estatua de Lenin es una de las postales características de una ciudad que subiste gracias al apoyo económico y estratégico de Ucrania y Rusia, dos países que se mantienen como aliados geopolíticos desde las sombras, cuidando no romper la débil armonía que se vive desde hace 30 años.

Transnistria se separó de Moldavia tras una guerra en la que recibió ayuda de las tropas rusas.

El nacimiento del FC Sheriff

En el álgido 1992, dos ex agentes de la KGB rusa fundaron una empresa de seguridad a la que llamaron Sheriff, un modelo de negocio que se fue ampliando hasta convertirse en el monopolio más poderoso del díscolo estado de Transnistria. Estaciones de servicio, alimentos, construcción, automóviles, transporte, medios de comunicación, telefonía móvil... y sí, un equipo de fútbol.

El FC Sheriff, con su estrella al estilo cowboy en el escudo, se fundó en 1997 y, a diferencia de su empresa mentora, eligió no hacerle caso a las fronteras para competir en la Liga de Moldavia. Mal no le fue. De manera inmediata se convirtió en el equipo hegemónico del joven certamen, destronando al FC Zimbru. Lleva ganadas 19 de las últimas 21 ligas. Al dominio local le siguió la aventura continental, con más rublos puestos a disposición de la causa.

En esta parte es preciso tomar dimensión de lo que es la competición europea de clubes, con 55 federaciones disputándose su participación en alguno de los dos torneos máximos, la Champions o la Europa League. Es la UEFA la que define a través de un coeficiente matemático cuántos representantes mandan ligas como la inglesa o la española, y cuántos les quedan al resto de los países, cada vez más relegados en la consideración.

En ese ránking de 55 países (y en el que Transnistria obviamente no existe), Moldavia ocupa el puesto número 41. Como campeón de la liga local, una rutina de todos los años, esa ubicación lo obliga a jugar una serie de playoffs a eliminación directa.

Y este año, tras quedar varias veces en la puerta de la gloria, logró lo imposible: en las últimas semanas les ganó al Teuta de Albania (con un global de 5-0), al Alashkert de Armenia (global, 4-1), al Estrella Roja de Serbia (global 2-1) y ahora al Dinamo Zagreb de Croacia (global 3-0). En cada etapa, el FC Sheriff fue siempre como punto si se tiene en cuenta el ránking que ocupan las asociaciones de sus rivales: 38, 36, 19 y 20, respectivamente.

Ticket a Europa

Tras jugar cuatro ediciones de la Europa League, el Sheriff debutará en Champions este jueves cuando se realice el sorteo en Estambul y el azar defina si le toca el PSG de Messi, el Bayern de Lewandowski o la Juventus de Cristiano Ronaldo, entre otros posible rivales en la fase de grupos.

El caleño Frank Castañeda, la gran figura del Sheriff, goleador y capitán, cuyo pase está valuado en apenas 1 millón de euros, podría darse el gusto de cambiar su camiseta con Lukaku, comprado por el campeón Chelsea por 115 palos, o con cualquiera de las súper estrellas que deberán viajar a Tiraspol y ponerle a su pasaporte un sello reservado para pocos aventureros.

Al Sheriff lo integran futbolistas de las más diversas nacionalidades. En su último partido, la planilla muestra nombres procedentes de Moldavia, Grecia, Colombia, Ghana, Perú, Trinidad y Tobago, Luxemburgo, Malí, Eslovenia, Bosnia, Malawi, Brasil y Guinea. ¿Su entrenador? Yuriy Mykolayovych, de Ucrania.

El peruano Dulanto fue uno de los más efusivos a la hora de los festejos en Croacia. Tiene 25 años y mide casi dos metros: en su trayecto como profesional debutó en Universitario de su país y saltó a Europa para jugar en el Boavista de Portugal. De ahí al Sheriff, el año pasado, motivado por el, en ese entonces, inverosímil proyecto de llegar a la Champions.

En charla con Clarín, Dulanto reveló que su origen como futbolista tiene raíces en la Argentina. Jugó tres años en las inferiores de Rosario Central hasta que llegó a la cuarta división y emprendió el regreso a Perú. Admirador de Maradona, cuenta que el Diego está metido en todas las charlas futboleras casi como un idioma universal pero reconoce que en las calles de Tiraspol no se ven camisetas con el 10 sino estatuas de Lenin, monumentos y tanques.

El estadio del Sheriff

"Espero que el FC Sheriff logre grandes éxitos en los torneos europeos algún día", declaró en el año 2002 el por entonces presidente de la FIFA, el suizo Joseph Blatter, presente en la inauguración del Sheriff Stadium. El complejo incluye un hotel 5 estrellas y todo tipo de instalaciones deportivas y educativas ultra modernas, además de garantizar la presencia de unas 12 mil personas en las tribunas.

Con un costo total que se calcula en 200 millones de dólares, a cargo del grupo Sheriff, el Sheriff Stadium recibió la aprobación de la UEFA para competencias europeas. Es por eso que la selección de Moldavia hace de local en Tiraspol, dejando de lado todos los conflictos y barreras que atraviesan la historia de la región. El fútbol hace milagros, se sabe. Y la edición 2022 de la Champions mostrará uno más.


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