martes, 13 de julio de 2021

HONDURAS RETRASÓ AÑOS EN EDUCACIÓN POR EL COVID-19.

Ángel Gabriel es un niño que tiene 11 años, interrumpió la preparación educativa porque "me pedían una super recarga para mi teléfono o móvil para hacer las tareas por eso no continué, por eso estoy trabajando en este taller de motocicletas" sostuvo mientras cambiaba unos tornillos a una pieza de una moto en un taller situado en el barrio Suyapa del municipio de Victoria departamento de Yoro Honduras. Ángel Gabriel forma parte en Honduras de  uno de cada diez niños que se encuentra en esta situación social. 

El niño en mención finalizó la educación primaria, recién había iniciado estudios de nivel secundario en el Instituto Polivalente José Antonio Ochoa. En su hogar no tienen la red social para completar las clases virtuales, en Honduras sólo el 50 por ciento cuentan con con este servicio de cuberespacio. 

Así como Ángel Gabriel muchos niños en Honduras no tienen  dispositivos electronicos para recibir las clases virtuales. Desde marzo del año 2020 que llegó el virus del SRAS-CoV-2 que contagia la enfermedad del Covid-19 se suspendieron las clases presenciales y el sector más perjudicado fue la educación pública por el abandono de décadas de parte de las autoridades. 

Si antes de marzo del año 2020 los años de escolaridad ( Escolaridad: Años promedio que se estudia) en Honduras eran ocho, siendo optimistas se retrocedieron dos años, y el panorama no es prometedor para las nuevas generaciones porque las autoridades no invierten en educación. 

Los niños de Honduras en comparación con el sistema educativo de Chile y Costa Rica llevan un retraso de cuatro años y, según los datos del Instituto de Estadística en Honduras el analfabetismo tiene 11.5 por ciento, la cobertura del nivel primario es del 91.2 por ciento y repiten en primaria el 5.2 por ciento. La población infantil supera los dos millones 472 mil 798.

Las cifras son escalofriantes en educación, así como Ángel Gabriel se retiro del instituto Polivalente José Antonio Ochoa miles de niños abandonaron los centros educativos de Honduras a partir de marzo del 2020. 

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