sábado, 8 de octubre de 2022

"Invítame, que ahora mandan ustedes".

Tomado de la cuenta de Facebook de la periodista PGilda Silvestrucci. 

Aunque la mujer pueda pagar la cuenta, no le gusta escuchar "invítame, que ahora mandan ustedes".

Aunque la mujer pueda llevar una carga, no le gusta escuchar, cargá eso, que ahora somos iguales.

Aunque la mujer pueda abrir la puerta, no le gusta sentir que una estampida pasó veloz a su lado, casi atropellándola para llegar primero a la silla.

Aunque la mujer pueda estar de pie, no le gusta escuchar a un hombre decir, me siento yo porque total, es la era del feminismo.

Aunque la mujer pueda tener iniciativa en la sexualidad, no le es agradable escuchar, compráte el preservativo, porque ando sin "pisto".

Es una línea delicada entre entender que la caballerosidad es un trato que distingue a un hombre respetuoso, sin creer que es por superioridad o inferioridad. Es la amabilidad que no solo se utiliza para conquistar a una mujer, sino para tratar a cualquier fémina que aparezca en el camino. Tampoco ser feminista es ser superior o ver al hombre como.enemigo. No se trata de pagar todas las cuentas, tampoco de llevar todas las cargas. Físicamente somos diferentes, hay cosas que no podemos hacer porque no tenemos la fuerza de un hombre, hay cosas que podemos realizar sin ayuda y otras en las que sí necesitamos, nos cansamos más cuando estamos de pie porque nuestra genètica y a veces, nuestros zapatos, no ayudan mucho. Se trata de complementarse con respeto, entendiendo que la buena educación y el trato amable, cómo ayudar con una carga, abrir una puerta, esperar un poco cuando la mujer queda atrás, son acciones de cortesía, no de inferioridad .

Detalles que siempre agradarán, pues es bueno saber que la cortesía y los principios no han pasado de moda.

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