El mundo occidental, sin embargo, ha pasado por diversos momentos en su adopción.
No fue sino hasta el 3 de abril que los CDC cambiaron su postura, y recomendaron que toda la población de Estados Unidos usara mascarilla para evitar que aquellos individuos que tengan el nuevo coronavirus sin saberlo, o tener síntomas, contagien a otros.
La OMS tardó mucho más. Fue recién el 5 de junio que cambió su postura y recomendó también el uso universal de las mascarillas.
En ese sentido, las mascarillas no solamente actúan como una barrera física para que la persona que la use no se contagie. Sino que hace el trabajo inverso, es decir, impide que una persona sintomática o asintomática, pueda contagiar a los demás.
Pero ahora, investigadores de la Universidad de California en San Francisco plantean una interesante hipótesis publicada en el New England Journal of Medicine del 8 de septiembre, que establece que las mascarillas actúan como un elemento de variolización, haciendo que si nos infectamos usándola, la enfermedad que adquirimos sea asintomática.
¿Las mascarillas nos generan inmunidad al covid-19?
Volviendo a las mascarillas, los investigadores de la Universidad de California postulan que el uso de las mascarillas durante esta pandemia de covid-19 actuaría como un elemento de variolización. Es decir, que si una persona se infecta usando una mascarilla, la carga viral sería tan poca, que terminaría causando una forma asintomática de la enfermedad.
En ese sentido, mencionan que en sociedades en donde el uso de las mascarillas es casi universal la proporción de casos asintomáticos es de 80%, mientras que en sociedades en donde el uso de las mascarillas no es generalizado, la proporción de casos asintomáticos es del 40%.
Citan también dos situaciones en las que las mascarillas produjeron un alto número de casos asintomáticos. La primera en un barco argentino y la segunda en una planta procesadora de carnes, en las que, gracias a las mascarillas, repartidas muy temprano en el brote, la proporción de asintomáticos llegó a ser de 81% y 95%, respectivamente.
Obviamente, dicen los investigadores, su hipótesis solo podría ser probada comparando la proporción de casos de covid-19 en sociedades que usen y no usen mascarillas, algo muy difícil de hacer.
En resumen, la hipótesis es muy atractiva y agrega otro potencial beneficio al uso de las mascarillas para prevenir la enfermedad.
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