Un domingo del mes de enero del 2020, tomé mi teléfono y marqué el número Noelvis Banegas conocido como "Viejo"conductor de una moto taxi solicitándole sus servicios y fue puntual al recogerme y me dice "se salvó porque voy para ese lugar", este joven todos los días traslada la leche a un recolector, y mi objetivo fue una visita a la hacienda La Galera con el fin de ser testigo del momento en que se realiza el proceso de ordeño de las vacas, y la forma como cada vaca al no más escuchar su nombre atiende el llamado de su patrón y del empleado que atienden un hato ganadero.
Constaté como el joven Edwin Vargas de lunes a domingo a partir de las seis de la mañana, primero pone una pequeña silla que ha condicionado donde se sienta, acomoda una cubeta debajo del ubre de cada una de las vacas que va ordeñando, una vez que se ha lavado higienicamente las manos procede de manera manual al aseo de las tetas de las vacas y con cuidado y profesionalismo Jala cada tetilla tres o cuatro veces, aprieta dos de las cuatro tetillas de la vaca para sacar la leche.
Los nombres de las vacas que en ese instante escuché fueron: Fortuna, Lucrecia, Martha, Yolanda, Malanga, Claudia, Mariposa, Bonita, Avispa, Maclovia, y otros nombres.
Pero las vacas no obedecen al ser llamadas por su nombre, sino que sino cuando el joven Vargas les llama al lanzar un silbido de forma original, éstos animales buscan determinada puerta para pasar a otro apartafo del corral.
La ganadería es una las principales actividades que realizan varias familias en éste municipio con fines de la producción de leche y sus respectivos derivados como: queso, mantequilla, requesón, quesillo, quienes no fabrican los lácteos venden la leche a una de las fábricas de Honduras ubicada en norte.
En las diferentes haciendas es común que propietarios y trabajadores al momento que realizan las diferentes actividades como: ordeño, alimentación y otras actividades a cada una de las vacas les ponen un nombre.
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