lunes, 15 de diciembre de 2025

OXÍGENO PARA EL REAL MADRID.



El conjunto blanco sacó el domingo 14 de diciembre del año 2025 tres puntos de oro ante el Alavés, en un partido igualado y sufrido donde los de Xabi Alonso, plagados de bajas, fueron capaces de sumar un triunfo básico.


El Real Madrid logró un balón de oxígeno en Vitoria (1-2), donde los goles de Kylian Mbappé y Rodrygo permitieron a los blancos derrotar al Alavés y sumar tres puntos de oro en su persecución al Barça. Una victoria de mucho mérito para el equipo de Xabi Alonso, que vuelve a encontrar la senda de la victoria en un campo difícil y con un equipo marcado por las ausencias. El Madrid, en un partido con demasiados altibajos, sacó una victoria fundamental en su lucha por la Liga.
Los blancos visitaban Vitoria con un equipo de circunstancias, donde contaba con hasta 9 bajas entre lesionados y expulsados. Por esa razón, dos jugadores con molestias como Antonio Rüdiger y Kylian Mbappé salieron de inicio, igual que el canterano Víctor Valdepeñas, ocupando el lateral izquierdo. El Madrid sabía que, si quería seguir peleando por la Liga, estaba obligado a cortar la sangría de los últimos partidos, por lo que todo lo que no fuera ganar no era una opción.
Los de Xabi Alonso comenzaron bien, metidos en campo contrario y con transiciones rápidas. Con mucho balón y paciencia, el Madrid subía metros con un control absoluto. Fruto de ese dominio, llegó la primera ocasión del partido en las botas de Rodrygo, en una diagonal en la que el brasileño tenía disparo claro... pero donde su golpeo no encontró portería. El Alavés, poco a poco, iba subiendo metros, tratando de hacer daño por el lado de Valdepeñas que, muy serio, se mostraba solvente.

 

El campo se estaba inclinando en dirección a la meta de Sivera y, fruto de ese dominio, iba a llegar el primer gol blanco en el 24. Arda Güler recuperaba un balón en el medio del campo, donde Jude Bellingham daba continuidad a la jugada con un enorme pase al espacio para Mbappé. El francés, desatado en plena cabalgada, se deshacía de cuanto defensa le salía al paso para, con un latigazo esquinado, superar al meta vitoriano y adelantar al combinado blanco en el marcador.

Pero el gol provocó el efecto que suele tener en el Madrid: diez pasos para atrás, regalar el balón y esperar a una nueva contra para sentenciar. Pese a ello, pudo ampliar su cuenta el conjunto de Alonso solo un puñado de minutos más tarde, pero el colegiado anuló el tanto de Bellingham a la salida de un córner por clara mano en el control antes del remate. A partir de ahí, el Madrid se olvidó de atacar, regalando demasiados metros y obviando la presión alta por completo.

 

El Alavés fue creciendo y los blancos fueron aculándose, situación que pudo salir cara en la última jugada de la primera mitad. Tras una falta lateral, el balón quedaba muerto en la frontal del área pequeña para Pablo Ibáñez y, cuando el balón olía a gol, Thibaut Courtois hacía una enorme parada con su rostro para evitar la igualada. El Madrid se había salvado en la última jugada antes del descanso y, si no quería más sustos, debía mejorar su imagen tras pasar por el vestuario.

La segunda venida de Rodrygo

Los blancos mejoraron tras el parón, de nuevo subiendo metros en la presión y con mucho balón en campo contrario. Las arrancadas de Mbappé eran lo más peligroso del Madrid, amén de los balones al espacio de un Bellingham más inspirado que en los últimos partidos. Fue así cuando en el minuto 52, tanto el galo con un desaparecido Vinícius tenían una doble oportunidad que salvaba Sivera con dos grandes intervenciones. Los madridistas la habían tenido.

Pero, como suele pasar, cuando se perdona, se paga caro. Ocurriría en el minuto 70 cuando, en un balón largo mal defendido por Rüdiger, Carlos Vicente hacía un control espectacular y fusilaba a Courtois, que nada podía hacer. El empate subía al marcador y el Madrid recibía un monumental guantazo, que le dejaba con un pie sobre la lona. Solo veinte minutos por delante si los blancos no querían tropezar una vez más y despegarse de la cabeza de la Liga.
El miedo no atenazó al equipo y se lanzó de nuevo al ataque. Así, solo siete minutos más tarde, los blancos se volvían a poner por delante. Después de una gran acción de Vinícius, el brasileño ponía un balón al corazón del área donde el renacido Rodrygo la empujaba a gol. Dos goles seguidos después de nueve meses sin marcar, un tanto que daba absoluta vida a su equipo. El Madrid se levantaba del suelo en un partido que se le había complicado mucho.
De aquí al final se marchó el propio Rodrygo del campo con molestias físicas y Vinícius sufrió un clamoroso penalti que ni Víctor García Verdura ni el VAR concedieron de manera inexplicable. Ya en el descuento, Brahim y Bellingham tuvieron el tercero, pero no encontraron portería. Los blancos sumaron de tres y se hicieron con un triunfo básico en su lucha por el campeonato, en un partido con demasiados altibajos de juego, pero que sacaron adelante por corazón y calidad.(Cortesía del Confidencial).

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