La gran caminata de 340 kilómetros del sacerdote Leopoldo Serrano, sí cumplió con su sano propósito, ya que fue mucho más efectiva que la caminata de muchos miles de religiosos en las calles. Logró dialogar con las principales autoridades del país, oró por ellas y pudo reconciliar a los consejeros del CNE Cosette López y Marlon Ochoa. Su gran esfuerzo y sacrificio no fue en vano, porque lo hizo con mucho amor, mucha fe y con muy buenas intenciones.(Cortesía).
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