El director del Instituto Nacional Penitenciario, Ramiro Muñoz, denunció públicamente que los problemas en los centros penitenciarios del país no obedecían al hacinamiento, como comúnmente se ha señalado, sino que respondían a una estructura de negocio ilegal dentro de las cárceles.
“En los centros penales, un lugar donde podían caber 40 personas, cabía apenas 10 u 11, porque construían dormitorios improvisados con madera de cualquier tipo y luego los vendían hasta por 300 mil lempiras a privados de libertad”, señaló Muñoz, en declaraciones contundentes ante medios de comunicación.
El titular del INP aseguró que este tipo de prácticas han sido erradicadas, y que el proceso de recuperación del control estatal en las cárceles continúa de forma firme. “Estamos desarmando hasta el último rincón. Por eso la MS13 quería quedarse ahí, para seguir controlando el negocio desde adentro”, afirmó.
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