Nadie sueña con ser pobre.
La pobreza no es una elección, es una realidad cruel para demasiadas personas.
La pobreza roba la dignidad y nos priva de uno de los deseos más básicos: una vida mejor para nuestros hijos y nuestras hijas.
Los Objetivos Mundiales son la clave para erradicar la pobreza. Reclama su cumplimiento.
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