GRACIAS MAMÁ POR LOS 92 AÑOS QUE NOS HAS DADO.

Gracias mamá - María Victoria Díaz Sandoval porque durante 92 años me diste la vida, y aún a esta edad me sigues dando consejos, regalos, muchos abrazos y besos, por esas interminables conversaciones que cuando Dios me da la oportunidad de estar juntos, y éste 16 de noviembre le despertaron con un concierto de marimba escuchando las canciones con que mi papá te enamoró.

No pretendo en convertirme en víctima, tampoco en llamar la atención porque si así fuera llamaría a mis amigos de los principales medios de comunicación, el fin es que nuestros padres son quienes nos dieron la vida y no somos los hijos quienes para juzgarlos. Mi esposa conoció mi historia y constantemente ella me decía contales a los hijos como sufristes durante los inicios previo a0 tener un trabajo e ingresar a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. 

La responsabilidad que me enseñaste me llevó a escenarios que algunos vecinos no creyeron en mis sueños, pero tu me enseñaste a ser perseverante y aún a mis 64 años sigo cumpliendo sueños donde la mayoría los miraba inalcanzables.

Tus días de madrugar a los quehaceres del hogar, luego a lavar aquellos montones de ropa, luego a fabricar en tu máquina de coser las modas de la época, luego a correr a buscar los alimentos para en días sólo había de alimentos frijoles o abadías, otras veces de un huevo comíamos todos. La faena pa mi mamá continuaba porque había que aplanchar de clientes exigentes, lo más complicado para mí era tener que llevar esa ropa aplanchada en mis flaquitos brazos y cruzar toda la plaza de Victoria departamento de Yoro Honduras.

Cómo no recordar cuando terminando el tercer curso en el Instituto Salesiano San Miguel, Yo no quería ir a dejar una ropa aplanchada porque era adolescente y tenía pena, y para cumplir me dio una macaneada con un chilillo de cuero lloré mucho y tuve que recorrer por última vez la calle para ir a entregar la ropa donde la maestra de generaciones Mercedes Padilla de Valdez.

Hoy todo eso me hizo crecer y nunca terminaré de darle gracias a Dios por tus enseñanzas y que abrí la brecha para que mis hermanos tuvieran las oportunidades porque fui el primero en llegar a la ciudad de Tegucigalpa a culminar mis estudios en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras UNAH, no para hacer dinero sino para subsistir. Gracias Mamá te Amo siempre pronto si Dios lo permite nos daremos abrazos y besos porque la pandemia y los huracanes Eta e Iota nos ha separado.