"No se preocupe que muchos como usted han venido con los mismos síntomas y ya le pasará" así le respondió un médico a uno de tantos pacientes que visitan los consultorios o clínicos privadas de esta región que luego de varios días de fiebres y cuando se presentó el síntoma de la falta de olfato fue en busca asistencia médica. Esto ocurre en el casco urbano de Victoria situado al sur departamento de Yoro, en Honduras donde el coronavirus o COVID-19 llegó para quedarse, muchos enfermos se automedican cuando aparecen los primeros síntomas y cuando disponen de tener el dinero para la consulta y la compra de medicamentos visitan una clínica donde les aplican inyecciones.
Esto es Honduras donde en plena pandemia mundial del coronavirus no existió una estrategia para enfrentar enfermedad, si esto ocurre en las ciudades, se imaginan la tragedia que ocurre en zonas rurales, que está sufriendo en carne propia especialmente los sectores más vulnerables de una región que es un centro financiero estratégico del departamento de Yoro Honduras. Siento frustración y coraje por mis compatriotas donde los insumos médicos no llegan, pero que "papeles en Honduras tenemos el mejor sistema de salud y no es la excepción que este municipio con informes se tenga el mejor centro de salud".
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