Amparados en la impune y oscura noche y armados con filosos machetes, una banda de maleantes perpetró una horrenda masacre de vacas y terneros, que tiene indignados a todos los pobladores de una pacífica aldea de Yoro.
Los cruel matanza se registró en la comunidad de El Sitio, municipio de Victoria (Yoro), en los predios del señor Osberto Landa Dubón, quien también era propietario de los inocentes animales.
El pueblo entero se encuentra indignado tras la violenta acción
pidiendo además protección para Landa y su familia, pues consideran que el mensaje lleva consigo una amenaza directa para todos ellos de parte de personas desconocidas.
Hasta el momento, ninguna autoridad local se ha pronunciado al
respecto, a pesar de la magnitud del caso y con antecedentes similares
hacia la misma familia.
Ataque despiadado
Al parecer, los animales dormían tranquilos en el establo, como de costumbre, cuando los individuos llegaron y comenzaron el ataque despiadado.
Tras el asalto, como a la 1:00 de la madrugada, los individuos
huyeron sin despertar la menor sospecha entre la comunidad, valiéndose
de la oscura noche y lo retirado que queda del pueblo.
Cuando los pobladores despertaron y se acercaron al lugar de los
hechos estallaron en enojo, por el sin sentido de la acción. Otros no
pudieron contener los vómitos ante la dantescas escena: Las vacas,
algunas en plena gestación, desnucadas a machetazos, otras con el
vientre partido, patas, caras y ojos.
Inocentes terneros yacían tirados también completamente macheteados
con saña y rencor. Chorros de sangre caliente aún vertían de los cuerpos
sin vida de los animales.
El recuento fue totalmente desalentador para sus propietarios, tanto
por el valor económico como por el afecto a sus animales: 9 vacas y tres
terneros muertos, además de 23 más heridos mortalmente, con las
vísceras por fuera y sin posibilidades de sobrevivir, según los
veterinarios del sector.
Los propietarios del predio desconocen quiénes habrían cometido la matanza,
porque no tienen enemigos pero alertaron a las autoridades locales para
que tomen cartas en el asunto ya que ahora temen por sus vidas.
Se conoció que antes de la Semana Santa,
desconocidos perpetraron una misma acción contra dos vacas, pero con
armas de fuego, sin que las autoridades hicieran algo al respecto en ese
entonces a pesar de la denuncia.
Como se trata de un caso especial, los dueños, muy queridos en el
sector por solidarios y generosos, no hallaban qué hacer con tantos
animales muertos.
Con el visto bueno de los veterinarios pensaban aprovechar la carne y
los descompuestos fueron enterrados en una fosa común para evitar una
contaminación ambiental por la fetidez.
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