Cuando el primer avión impactó la Torre Norte del World Trade Center, el pánico se apoderó de todos los pisos; sin embargo, un labrador dorado permaneció sereno.
Roselle, una perra guía para personas ciegas, se encontraba recostada bajo el escritorio de su dueño, Michael Hingson, en el piso 78. A medida que el edificio temblaba y el humo comenzaba a invadir el aire, Roselle actuó de acuerdo a su entrenamiento, pero también fue más allá. Se mantuvo firme. Concentrada. Sin miedo.
En medio de alarmas ensordecedoras, gritos desesperados y escombros cayendo, Roselle guió a Michael a través de escaleras oscuras, descendiendo un total de 1,463 escalones. El trayecto duró casi una hora. Durante este descenso, solo se detuvo para ayudar a otros, brindando calma y consuelo en medio del caos.
Pocos minutos después de que lograron salir del edificio, la torre se derrumbó tras de ellos.
El coraje de Roselle no fue meramente instintivo; fue una manifestación de su lealtad, amor y profunda confianza. En uno de los días más oscuros de la historia, ella condujo a su dueño hacia la vida, sin mostrar temor alguno.
Roselle falleció en 2011, pero su legado continúa inspirando a millones.
No era solo una perra guía; era una auténtica heroína.(Cortesía de CLAN SERPIENTE)
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