Cuando aún no supero la muerte de mi esposa, llegó la muerte de mi mamá y esto hace qué no me siento arropado por sus abrazos, sus besos y sus palabras de aliento.
La vida cada día se vuelve más dura porque quien me dio la vida ya no está a mi lado.
Es duro porque la figura de mi mamá siempre estará a mi lado, porque en mi interior llevo ese niño que quiere estar protegido.
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