Mientras otra mayoría tendrá que esperar un par de meses para acercarse a la mesa a comer tamalitos acompañados de mantequilla, a beber el atol, a comer las humeantes montucas, finalmente los que esperaron el mes de julio para cultivar tendrán que esperar más tiempo. Pero en las cumunidades del interior de Honduras hay mucha solidaridad y los que cultivaron primero comparten el producto con sus vecinos y amigos, y así no se quedan con los deseos de comer los productos derivados del maíz tierno o nuevo.
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